El yoga llegó a la vida como un método de sanación. Necesitaba una práctica que me reconectase con el cuerpo y con mi ser. Desde el primer ohm hasta mi práctica actual sigue aportándome a nivel físico, mental y emocional.

 

Entiendo el yoga como una filosofía de vida experiencial. Promueve la salud integral del ser, trabaja la musculatura y las articulaciones, la fuerza y la elastividad. Calma la mente, te permite observarte con distancia y ecuanimidad, se convierte entonces en una terapia personal. Te permite reconocer tus hábitos, tendencias y patrones, relaja el sistema nervioso, regulariza tus emociones y tus pensamientos.

Sea cual sea la razón por la que decides comenzar a practicar, la práctica te aporta a todos los niveles. En cada clase elijo un tema personal, porque lo más coherente es compartirme desde el lugar donde me siento. Sobre ese tema organizo una coreografía de secuencias y asanas que se entrelazan al ritmo de la respiración y te permiten, desde la fluidez y el dinamismo, entrar a observar los diferentes planos de tu ser.
 

Me baso en Hatha Vinyasa yoga, aprendo y añado herramientas de diferentes trabajos psicocorporales y de muchos estilos distintos de yoga.  Por eso lo llamo YOGA DINÁMICO INTEGRATIVO.